Friday, October 21, 2005
Saturday, October 01, 2005
A vueltas con el lumpenproletariado
Creo que en los análisis políticos más recientes el concepto de lumpenproletariado (o lumpenproletariat) se ignora con demasiada ligereza. Por ejemplo, me he tragado varios libros pro- y anti-globalización y puedo jurar que el término es absolutamente ignorado. Es una pena, porque creo que es un concepto que puede explicar muchas cosas e iluminar bastantes otras.
El objetivo de este post es llamar la atención sobre el tema, a ver si algún sociólogo, economista o politólogo, con más competencia que un servidor, se atreven a escribir un ensayo serio sobre el lumpenproletariado o el neo-lumpenproletariado. De momento, y olvidándonos un poco de la definición dada por Marx y Engels, creadores del término "lumpenproletariat", paso a describir lo que creo que son características del lumpen.
En primer lugar, es un lugar común considerar que el lumpenproletario pertenece a la sección de la población con menos ingresos. No obstante, hay excepciones. Un lumpenproletario que haya progresado y ascendido en la escala de ingresos, puede tener hijos que, no obstante, piensan y sienten como lumpenproletarios. Podría llamárseles lumpenburgueses. Los Osbourne serían un ejemplo.
Su sentimiento colectivo es menor que cero. No sienten que la sociedad les deba nada ni ellos deben nada a la sociedad. Su individualismo no tiene límites, más allá de los estrictamente familiares o que afecten al clan. Se cae en lo antisocial con facilidad. Si algún día tienen la tentación de ideologizarse, se sentirán cómodos bajo el paraguas neoliberal y se aferrarán al partido que, según circunstancias, defienda tales ideas. Históricamente, en cambio, su preferencia ideológica era el fascismo. Por eso tambien se pueden sentir atraidos por partidos que naden entre ambas aguas: la fascista y la neoliberal. Esto no tiene nada de contradictorio, por cierto, y ahí está Pinochet para demostrar como ambas tendencias pueden ir de la mano armoniosamente. Y no sólo Pinochet...
No aspiran, por tanto, a que la sociedad mejore. Aspiran simplemente a mejorar ellos, y si es a costa de la sociedad, mejor. Así, de paso, se vengan de un entorno al que consideran hostil. La preocupación por el futuro es mínima. Ni siquiera votan. Si pueden, no pagan impuestos y se saltan todos los trámites que los ciudadanos normales deben realizar (por ejemplo, sacarse el carnet de conducir y pagar el seguro del coche). Además, presumen de ello y se consideran muy listos por actuar así.
Todo grupo contiene elementos lumpen entre sus filas, pero hay sitios en los que parece que el proletariado es lumpen en casi un 100%. En otros, es muy minoritario. Eso explicaría el porqué, en ciertos paises, la participación de las clases inferiores en la política es prácticamente nula. En ciertas sociedades, hay palabras populares para designarlos. Por ejemplo, la palabra "quinqui" en España. Pero no todo el lumpen es quinqui ni todos los quinquis son lumpen. Tampoco hay relación directa entre determinados grupos raciales, históricamente marginados, y el lumpen. Ni muchísimo menos. Malcolm X lo explicaba muy bien. Él diferenciaba entre "el negro de la casa" y "el negro del campo". El negro de la casa es el lumpen, que quiere a su amo más que a sí mismo y que, con su actitud, fomenta la perpetuación de la esclavitud ("Lo que usted diga, señorita Escarlata..."). El concepto de lumpen es social y de clase, nunca racial.
Ciertos trabajitos (tropas de asalto, carceleros, policía rompehuelgas, represores de todo tipo) han sido creados casi a propósito para ellos, y sobreviven gracias a ellos. Aquí algunos pueden ver una contradicción ¿cómo un ser tan individualista puede pasar a formar parte de un cuerpo disciplinado y uniformizador? En realidad no hay tal contradicción. El individualismo de los lumpen no es ideológico, sino puramente animal, consecuencia de un miserable instinto de supervivencia y despojado de cualquier afán de autorealización o de mejora personal. Se unen a ciertos cuerpos de la misma forma que los chacales forman manadas, o los lumpen de Los Angeles forman un gang. Seres individualmente cobardes, al actuar en grupo, se sienten más protegidos. Esa sensación de protección se incrementará cuanto más desestructurado sea el entorno (social, familiar) del que proceden.
Pues sí que me he liado a escribir hoy...
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